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La reciente imposición de una multa a Binance, la mayor casa de cambio de criptomonedas del mundo, por parte de Canadá ha enviado ondas de choque a través del ecosistema de criptomonedas. Esta sanción no es un evento aislado, sino más bien una revelación de los desafíos regulatorios y las tensiones entre las plataformas de intercambio de criptomonedas y los gobiernos a nivel mundial. Binance fue multado por no adherirse a las regulaciones contra el lavado de dinero de Canadá el año pasado, un recordatorio contundente de la importancia de cumplir con las leyes y normativas locales.
Según un aviso público emitido por el gobierno federal canadiense, Binance no cumplió con las normas y registros relacionados con la operación como un negocio de servicios monetarios extranjeros (FMSB). La multa impuesta ascendió a $6,002,000 CAD, aproximadamente $4.4 millones de dólares, a raíz de dos violaciones identificadas durante una actividad de cumplimiento en 2023. Estas violaciones incluyeron la falta de registro como FMSB y no reportar adecuadamente la recepción de grandes transacciones de moneda virtual que superaron los $10,000 CAD, con un total de 5,902 transacciones no reportadas entre junio 1 de 2021 y julio 19 de 2023.
Este incidente ocurre en un momento especialmente tumultuoso para Binance y su cofundador y ex-CEO, Changpeng Zhao (CZ), quien recientemente fue condenado a cuatro meses de prisión tras no implementar un régimen adecuado de conocimiento del cliente (KYC) y contra el lavado de dinero (AML) en su intercambio. Además, tanto el fundador como su compañía se declararon culpables de violaciones de AML en noviembre, acordando así pagar multas separadas como parte de un acuerdo de conciliación con el Departamento de Justicia de EE. UU.
La multa de Canadá simboliza otro capítulo en la serie de desafíos legales de Binance, destacando las complicaciones asociadas con la navegación del panorama regulatorio internacional para las criptomonedas. Esta situación también refleja un mensaje más amplio sobre la necesidad de una colaboración más estrecha entre el sector de criptomonedas y los reguladores para establecer un equilibrio que fomente la innovación mientras se protege contra el mal uso financiero.
La clausura de operaciones de Binance en Canadá, junto con su incapacidad para cumplir con las demandas regulatorias del país, contrasta significativamente con el éxito de Coinbase, que recientemente se convirtió en el primer intercambio extranjero en obtener una licencia completa para operar allí. Este contraste subraya la creciente brecha entre las empresas que están dispuestas y son capaces de adaptarse a regímenes regulatorios estrictos y aquellas que enfrentan desafíos para hacerlo. La experiencia de Binance en Canadá podría servir de lección crítica para otras plataformas de criptomonedas en cuanto a la necesidad imperante de cumplir con las leyes y regulaciones locales para asegurar su operatividad y sustentabilidad en el mercado global.
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