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En una polémica que ensombrece aún más el imaginable mundo de las criptomonedas, John Ray, el actual CEO de FTX, ha desafiado abiertamente las afirmaciones de Sam Bankman-Fried, el ex CEO de la plataforma, sobre el impacto de la quiebra de FTX en sus clientes. Bankman-Fried sostuvo que no hubo “ningún” daño a los clientes durante el colapso de la plataforma en 2022, una afirmación que Ray ha tachado de “temeraria” y “falsa”. Esta crítica no solo lanza luz sobre las profundidades de los problemas internos de FTX, sino que también pone en duda la veracidad de las declaraciones de Bankman-Fried, especialmente después de su condena en noviembre por desviar 8 mil millones de dólares de los clientes de FTX.
La estrategia de defensa de Bankman-Fried, que reposa en la idea de que su acción no debería considerarse como robo dada la posibilidad de reembolso a los clientes mediante procedimientos de bancarrota, ha sido puesta en entredicho. John Ray, desde su posición, ha asegurado que estas aseveraciones de Bankman-Fried son categóricamente falsas y que los clientes nunca recuperarán la posición en la que habrían estado si no hubiesen interactuado con Bankman-Fried y su llamado altruismo. Más aún, Ray subraya que cualquier recuperación de fondos para los clientes de FTX no se debe a la inocencia de SBF, sino al diligente esfuerzo de los profesionales manejando el estado de bancarrota.
La situación se complica aún más con la proximidad de la sentencia de Bankman-Fried programada para el 28 de marzo, enfrentándose a la posibilidad de una larga pena de prisión. A pesar de haberse declarado no culpable de los siete cargos de fraude y conspiración e incluso después de reconocer errores en la gestión de FTX, Bankman-Fried mantiene su inocencia, sosteniendo que nunca tuvo la intención de sustraer fondos. Sin embargo, Ray disputa los reclamos de SBF sobre la restauración completa del valor, señalando que aquellos que tenían Bitcoin en FTX en el momento de la quiebra recibirán un valor recuperado significativamente inferior al actual debido a la forma en que se calcula el valor de distribución. Este conflicto no solo destaca los retos que enfrentan los clientes de FTX, sino también los problemas arraigados dentro de la industria de las criptomonedas, marcados por promesas fallidas y maniobras cuestionables bajo el velo de la innovación y el progreso.
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