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En una reciente entrevista con ABC News, Sam Bankman-Fried, co-fundador y ex CEO de la ahora quebrada bolsa de criptomonedas FTX, compartió sus pensamientos y remordimientos tras su condena a 25 años de prisión por fraude. Hablando desde el Centro de Detención Metropolitana en Brooklyn, Bankman-Fried reflexionó sobre los eventos que llevaron a la insolvencia de FTX, admitiendo haber tomado varias “malas decisiones” en 2022. Aunque afirmó no haber considerado ilegales sus acciones en su momento, reconoció no haber cumplido con el “alto estándar ético” que se había impuesto a sí mismo.
Durante su sentencia, el juez del distrito de EE.UU., Lewis Kaplan, acusó a Bankman-Fried de perjurio y evasión en su testimonio, criticando su falta de remordimiento por los delitos cometidos. En respuesta, Bankman-Fried afirmó su arrepentimiento y expresó empatía por los miles de clientes que sufrieron pérdidas financieras, declarando sentirse “aterrorizado” por lo perdido y reiterando que nunca tuvo la intención de perjudicar a nadie. Afirmó que, como CEO de FTX, era responsable de lo ocurrido con la empresa y expresó su frustración por no poder hacer más para reparar el daño desde la prisión.
Bankman-Fried también mencionó el impacto en sus compañeros de trabajo, quienes dedicaron sus vidas a FTX, y en las organizaciones benéficas que apoyaba, cuya financiación se vio afectada por el colapso de la compañía. A pesar de sus esfuerzos desde la cárcel, admitió sentirse frustrado por las limitaciones en lo que puede hacer para rectificar la situación. Argumentó que si él u otro empleado de FTX hubieran permanecido como CEO, los clientes ya habrían sido reembolsados, y atribuyó la demora en la compensación a la decisión de la compañía de no reiniciar el intercambio de FTX, lo cual, según él, podría haber creado un valor a largo plazo.
En cuanto a su juicio, Bankman-Fried planteó dudas sobre su equidad, específicamente acusando a Sullivan & Cromwell, la firma de abogados que representa a los nuevos propietarios de FTX, de coludirse con la fiscalía e impedirle acceder a documentos clave de FTX compartidos con la fiscalía. Este hecho, según él, tuvo un “efecto perjudicial” en todo el juicio, incluida la cobertura mediática y la capacidad de la defensa de presentar pruebas en su favor. Ante estas afirmaciones, un portavoz de Sullivan & Cromwell remitió a las declaraciones de sentencia del juez Kaplan, que destacaron el perjurio de Bankman-Fried y su estrategia de culpar a los abogados y al proceso de bancarrota en lugar de asumir la responsabilidad por sus crímenes.
Mirando hacia el futuro, Bankman-Fried reveló que su equipo de defensa planea apelar la condena a finales de este año, basándose principalmente en ciertos testimonios del juicio que, según él, tergiversaron enormemente los eventos reales. También mencionó la importancia de introducir “pruebas cruciales” y presentar testigos clave, lo cual alega no se le permitió hacer durante el juicio. A medida que Sam Bankman-Fried comienza su condena en prisión, reconoce la gravedad de la situación, habiendo perdido todo. Mientras expresa su deseo de hacer una diferencia positiva en el mundo, reconoce las limitaciones de sus circunstancias actuales y se mantiene comprometido a buscar justicia a través de apelaciones.
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