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La carencia de protección de la privacidad es considerada el Pecado Original de todas las blockchains públicas, desde el documento original de Bitcoin de Satoshi hasta las redes más modernas, modulares y paralelizadas que realizan 100 millones de transacciones por segundo con una finalidad de zeptosegundos. Hablando de manera general, la privacidad del usuario va en contra de la naturaleza de las blockchains públicas: para que un libro mayor público funcione, algunos datos de transacción deben compartirse con nodos y participantes de la red. El atajo para poner rápidamente en línea estos sistemas es simplemente hacer todo público por defecto.
Sin embargo, esta transparencia total expone a los usuarios a la vigilancia, la coerción y consecuencias no intencionadas como la filtración de señales de comercio. Esto es comercialmente inviable y erosiona el derecho a determinar el propio destino. La verdadera autogestión no puede existir si los usuarios no controlan sus datos; la privacidad se trata de restablecer la libertad de los usuarios para seleccionar lo que revelan y lo que no al mundo exterior. Aquí se presentan siete fallos fatales comunes en las herramientas de privacidad en criptografía: sistemas centralizados, la codicia por registrar datos, estado encriptado, dependencia de fabricantes específicos, el desvío hacia la creación de nuevas cadenas, la complejidad para los constructores y la tecnología inmadura.
En un mundo descentralizado, la centralización se considera pereza. Es más fácil, rápido y económico ejecutar un libro mayor en una base de datos SQL interna de un banco que enviar transacciones en las blockchains más eficientes. Sin embargo, la descentralización equivale a la resiliencia. Es la razón por la que las cripto tienen algún valor de mercado. Sin ella, los usuarios estarían mejor con las ventajas de velocidad y costo de las instituciones centralizadas. Esto es aún más crítico para los protocolos de privacidad, donde la centralización significa que los desarrolladores se otorgan acceso privilegiado a los datos de los usuarios. Los creadores de protocolos nunca deben otorgarse llaves de administrador que puedan congelar o desanonimizar a los usuarios.
Por otro lado, la dependencia de tecnología específica o de fabricantes pone en riesgo la seguridad y la descentralización de los protocolos de privacidad. Es esencial que la tecnología de privacidad sea robusta, extensivamente auditada y probada en batalla, considerando las consecuencias reales y financieras. Además, las herramientas de privacidad deben asegurarse de no rastrear la actividad del usuario, particularmente datos identificables personalmente como direcciones IP y actividad de navegación. La encriptación total del estado puede ser tan indeseable como ser completamente público debido a que elimina la auditoría pública, una característica de seguridad clave de las blockchains.
Los sistemas de privacidad en cadena son cruciales, y construirlos mientras se preserva la razón del uso de cripto, como la auditabilidad y la descentralización, es un desafío enorme. Un gran recurso para evaluar los niveles de privacidad de la herramienta privada escogida es la iniciativa Web3 Privacy Now, que ha categorizado y calificado diversas herramientas de privacidad en cripto. Esto representa un primer paso excelente hacia la protección de tu identidad en línea y tus finanzas.
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